domingo, 27 de mayo de 2012

Educación

Las condiciones de educación y cultura de las comunidades afrocolombianas, específicamente de la Costa Pacífica, son notoriamente inferiores y desiguales con respecto al resto del país. Por indiferencia o conscientemente, como política oficial en todo el proceso del desarrollo histórico nacional, el Estado colombiano ha mantenido a las Comunidades Negras en la oscuridad de la ignorancia. Para demostrar estas afirmaciones, tomemos el caso de Buenaventura: El Puerto de Buenaventura, con más de 350.000 habitantes, ha sido el más importante del país y goza de prestancia mundial; sin embargo, en 1999, aún carece de librerías y bibliotecas públicas y escolares. En 1931 se inauguró la primera escuela, inicialmente para blancos, y apenas en 1946 fue creado el colegio Pascual de Andagoya, cuya primera promoción egresó en 1952
Los arenales donde jugaban los muchachos fueron absorbidos por las viviendas y, a pesar de estar a orillas del mar, éste es inalcanzable para las gentes, que no pueden pagar los altos pasajes para trasladarse a las playas situadas fuera de la contaminada bahía. Las Comunidades Negras, después de las Comunidades Indígenas, tienen el porcentaje de analfabetismo más alto del país. En las zonas rurales es del 75 por ciento y en las urbanas alcanza el 45 por ciento. A semejanza de Buenaventura, el 98 por ciento de los centros urbanos carecen de bibliotecas y librerías; en ambas zonas hay déficit de escuelas y colegios. 
Las ciudades de Buenaventura y Tumaco no tienen universidades que capaciten a la juventud en la investigación y explotación racional de los recursos forestales, marinos, hídricos, mineros y agrícolas. La comunidad de Buenaventura hace años exige el funcionamiento real de la Universidad del Pacífico con facultades de Ingenierías, Geología y Minas, Medicina, Agronomía, Piscicultura, Zootecnia, Ciencias del mar, Ciencias educativas, etc.; un centro científico que domine el mar y los recursos naturales del Pacifico en beneficio de la región y de todos los colombianos.
La insuficiencia de colegios en los principales centros urbanos deja sin cupos al 50 por ciento de los aspirantes, y los rechazados deambulan por las calles sin trabajo y sin posibilidades de educación. El promedio de estudiantes por profesor, tanto en primaria como en secundaria, llega a 50 alumnos, mientras en el interior es de 30; en las zonas rurales el 90 por ciento de las escuelas están en manos de sólo un maestro que tiene a su a cargo varios grupos y varios cursos.El 90 por ciento de las escuelas y colegios funcionan en locales inadecuados que no reúnen las condiciones técnicas y pedagógicas normales. 

En estas condiciones, el porcentaje de deserción es muy alta y se acentúa por las dificultades de acceso a los establecimientos. Para llegar a la escuela, numerosos jóvenes y niños deben hacer diariamente, a pie o en canoa, un recorrido que varía entre unas y tres horas. Y todo esto, sin comprender para qué les servirá ir a estudiar.Gran parte de la educación en las Comunidades Negras sigue administrada y controlada por la Iglesia Católica Misionera, bajo la llamada "Educación Contratada", forma jurídica que adoptó, desde 1975, el antiguo "Convenio de Tierras de Misiones" que regía desde 1886. El modelo educativo misionero tiene como ideal enseñar a leer, escribir y contar rezando. "La educación se concibió como medio auxiliar de la evangelización. Los agentes de la evangelización eran al propio tiempo maestros de escuela (nativos) y la educación se llevó adelante como rama dependiente del apostolado, de ahí la idea tan difundida de considerar al educador como apóstol.

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