Son esencialmente vitalistas. El individuo nace y
supervive gracias a un pacto irrecusable con sus Ancestros por el cual se
compromete a conservar y enriquecer la vida. Las religiones africanas son
esencialistas. El individuo con su familia, a la cual está adscrito como
miembro indisoluble, debe regirse por la experiencia milenaria. Son los
miembros más viejos, los padres, los antecesores directos, los depositarios de
esta experiencia, legada en primera instancia por los héroes semidivinizados. Las religiones africanas son panteístas; conciben al individuo como
eslabón de una cadena y no simple ombligo del mundo, vinculado a los demás
seres vivientes: hombres, animales, y vegetales; a las cosas que le sirven:
tierra, aire, fuego, estrella. Y ya se ha dicho a los muertos.
Las
religiones africanas imponen sociedades jerárquicas: la dependencia del
individuo y el individuo a sus ancestros, dioses, jefes y mayores.
El camino para
la realización del propósito de 1ma "evangelización inculturada que se
encarne en
las culturas
afroamericanas no está exento de dificultades sobre todo con aquellas que se
relacionan con el pasado triste y doloroso de su historia que, muchas veces,
los hace replegar en actitudes de resentimiento, de dependencia, actitudes que
con frecuencia se reflejan en la práctica de su religiosidad.
Valores y
debilidades
El pueblo
afro-colombiano aunque pueda tener muchos y grandes vacíos en su religiosidad,
ha llegado a asimilar rasgos fundamentales del cristianismo: el sentido de amor
filial, de la dependencia amorosa y serena de Dios, del abandono hasta el
heroísmo a la vol1mtad de Dios, la compasión (en el sentido pleno original de
la palabra «compadecer», es decir, "padecer con" Cristo Crucificado y
con la Madre de los Dolores), aceptación del otro, acogida y benevolencia hacia
el hermano sobre todo el más pequeño y débil, solidaridad con el sufrido y el
oprimido, libertad interior de la codicia del tener y de la tentación de
acumular bienes materiales Son también valores que, considerados a la luz
del Evangelio, están presentes en la cultura afrocolombiana: el sentido sagrado
de la vida y de la existencia, el sentido positivo y optimista de la vida, el
sentido de la dignidad y de la libertad, la com1micación, la comunidad y la
solidaridad, y el sentido celebrativo.
Relación con Dios y experiencia
celebrativa.
La relación con Dios
entre los afrocolombianos se manifiesta a través de mediadores y de
mediaciones. La Virgen, los santos, los difuntos convocan a la comunidad y a
través de la experiencia celebrativa el hombre y la mujer afro se relacionan
con Dios y con la esfera sobrenatural. La celebración es el lugar privilegiado
donde se realiza la experiencia de Dios. En ella se unen el ritmo, la música,
la danza y la alegría. El cuerpo y el sentimiento son lenguajes que expresan la
comunión con Dios. Es una herencia espiritual que caracteriza la identidad
afro.